Y no, no puedo pasar por alto al ser que llegó a nuestra casa como diciendo con sus actitudes:acá quiero vivir, esta debe ser mi casa.
En mi vida los perros siempre fueron un ensayo de maternidad MARAVILLOSO.Recuerdo que fue un gran acontecimiento cuando a mis doce años(que ya podía biologicamente ser mamá)llegó Boumer...un negro hermoso, dulce, inteligente y amistoso al que había que darle mamadera!!!yo estaba feliz.
Estas cortas lineas se las dedico a FLORA, nuestra perra desde la primavera de 2000, año en el que buscábamos nuestro primer hijo y el milagro no ocurría, no sólo eso, yo padecía una somatización espantosa:menstruaba todo el tiempo.Para mi era terrible.
Flora fue nuetra compañera más fiel.Cuando iba a nacer Libe en casa los conocidos nos advertían:tengan cuidado con la perra!a ver si se pone celosa!!!JAMÁS tuvimos un problema.Libe cuando comenzó a gatear le encantaba comer del comedero de la perra y Flora, que nunca fue muy dietètica que digamos(los perros se parecen a sus dueños)le dejaba el espacio a la cachorra humana para que también se nutriera.Y lo más cómico que recuerdo hoy es que un día la "retó"(ya no sé si escribir que imitando lo que yo hacía cuando Libe se comía el alimento balanceado)fue como que la mordió de mentira, como cuando juegan a pelear los padres canes con sus cachorros.
Gracias Flora,sos adorable y tus orejas gigantes son mi debilidad.
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